17.4.12

15/04/12 - Una noche inolvidable.


Y una vez más, tuve la suerte de poder vivir eso. La suerte de ver a uno de mis más grandes ídolos, de tenerlo a unos metros. La suerte de poder escuchar en vivo y cantar con una de las personas que más amo en el mundo. Y es algo inexplicable, algo que va a estar guardado en mi memoria hasta el día que me muera. Estoy tan agradecida de haber podido sentir no solo un recital de Paul, sino dos, con mis cortos 17 años. Lo que viví el domingo en Uruguay fué único (dejando de lado al público, que me hizo entender perfectamente por qué todos los artistas dicen que nosotros los argentinos somos la mejor hinchada). Cada canción tuvo una mágia que me tocó el alma, disfruté muchísimo, baile muchísimo, cante y grite muchísimo y casi se me caen las manos de tanto aplaudir. Y que decir de ÉL? no creo que pueda darles una explicación de lo que este hombre significa para mi, de lo que hace en vivo, de la clase de shows que le brinda a la gente, de su carisma, de tu talento que parece de otro planeta, de su voz. Mientras estaba en el recital, le agradecí a Dios por estar ahí parada, tenerlo en frente, le agradecí por darme alguien a quien amar tanto. Único e irrepetible. Una noche mágica. Estoy absolutamente feliz, y por suerte cada cosa que tuve que hacer para llegar hasta ahí salió bien. Gracias Paul McCartney... gracias por ser con Ringo, John y George cuatro de los pilares fundamentales de mi existencia. Gracias por la noche del 11 de Noviembre del 2010 y gracias por la noche del 15 de Abril del 2012.

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